31 January 2016, 5 Comentarios

Casas con alma anticuable: La casa de un pintor de nubes.

Esta vivienda de recreo se encuentra rodeada de una finca de frutales donde se pueden encontrar naranjos, limoneros, granados, nísperos y pomelos.

Data del siglo XIX y perteneció a Jesus Merida Perez, obispo de Astorga y rector de la Universidad de Murcia.

Destaca su torreón lateral con un antiguo reloj con campana que marcaba las horas de apertura de la acequia.

Esta casa esta situada en una zona protegida de huerta tradicional formada por acequias, azarbes y norias realizadas por los árabes, lo que posibilito transformar este paisaje agreste en una frondosa huerta.

El segundo piso se encuentra rodeado de ventanales de medio punto que proporcionan a la estancia una luz y unas vistas impresionantes. 

Y es en el piso superior donde Jorge Fin tiene su estudio. Es el lugar donde ocurre la magia.

Un espacio rodeado de luz, libros y pinturas. 

Impresionantes las cerchas de madera.

Esta es otra casa con alma Anticuable porque, como dice Jorge Fin "es mitad ruina, mitad locura y mitad paraíso".

    

No se parece a ninguna otra con su campanario, su torre, las palmeras, los cipreses y su gran escalinata de entrada con una pequeña fuente.

Un primer plano presidido por la flor de la cebolla silvestre.

Se ha conservado la carpintería de madera y las rejas así como la puerta principal de madera con sus aldabas de bronce que mide casi 4 metros de altura enmarcada en dos columnas de piedra estriadas.

      

Vista desde el interior de la casa.

Ya en el vestíbulo o zaguán nos reciben algunos trabajos de Jorge Fin.

 

Y que me decís de estas maravillosas puertas de pino Canada con sus diseños modernistas.

Y no podían faltar los suelo de baldosa hidráulica, muy característicos de esta época modernista mediterránea.

Ahora vamos a conocer un poco mas la obra de Jorge Fin, el pintor de nubes.

Jorge Fin señala que fue a mediados de los años noventa cuando comenzó a pintar paisajes imaginarios “para colgarlos en mi casa”. Eran como fragmentos del Jardín del Edén particular, paisajes esenciales, pintados con suaves trazos.

Jorge Fin pretende que sea la naturaleza la que exprese su estado de ánimo, que comunique, como espejo, el reflejo de su realidad.

 

" No tengo ni idea de que hay en mis cuadros pero me gusta que ante ellos cada cual se monte su propia historia. Lo que a mi me interesa es solo poner las cosas que pasan por mi cabeza" 1991.

        

Como buen observador de la naturaleza su trayectoria pictórica acaba de dar un vuelco y ahora los protagonistas de sus cuadros son los icebergs.

Y pensareis...¿que tienen en común los icebergs y las nubes? Son formas que crea la naturaleza, formas fugaces y caprichosas. Las nubes duran unos minutos y los icebergs pueden durar mil años.

Ha puesto en marcha una bonita iniciativa, la Mediterranean Icebergs Association, una sociedad sin animo de lucro para el avistamiento de icebergs en el mediterráneo y el fomento de las bellas artes, la literatura y las ciencias alrededor de estos colosos helados.

Y como dicen en su manifiesto...." los miembros de la Mediterranean Icebergs Association disfrutan de la contemplación sosegada del mar a la espera improbable de que aparezca frente a nuestra playa mediterránea el iceberg perfecto".

    

Podéis encontrar mas información en la Mediterranean Icebergs Association, por si alguien quiere formar parte de esta asociación. Se buscan personas con fe y tesón. Como dicen ellos "no tenemos prisa ya aparecerán mientras observamos y disfrutamos con la búsqueda".

Otra faceta importante de este pintor son los murales realizados en distintas residencias particulares.

Si os interesa conocer un poco mas de este artista, podéis leer estos artículos en distintos medios;

Los Icebergs del Mediterráneo, escrito por Carla Royo-Villanova para la revista The luxonomist.

El mundo, Fin en el Matadero.

Echar un vistazo en su Instagram @jorgefin

Espero que su obra y su casa os haya gustado tanto como a mi.

Buena semana a tod@s